martes, 9 de diciembre de 2014

El telonero - José Luis Alvite

El telonero - José Luis Alvite

Viejo amigo: he decidido desprenderme del coche y echar raíces en una cama que con bsuma las pocas energías que me quedan. Mi corazón cansado es una azada. Parece que fuese a defecar el mármol para mi estatua.Al final no se cumplieron mis sueños. Estas cosas suceden, amigo. Un día descubres que estabas equivocado, que no era cierto eso que te decían de que en el Madison salía Dios de telonero. Y te asalta el remordimiento y la sensación de haber perdido todo el tiempo del mundo mientras creías que alguien como tú podrías hinchar con tierra los topos. Acabas solo, amigo, tendido en cama con dos billetes entre los dientes para que el tipo del motel se cobre su factura antes de aprovecharte para sopa de cerdo. Repaso mi vida, muchacho, y sé que no fui un buen padre, uno de esos tipos que siempre están en casa por si muere el niño. Me corría prisa la vida, amigo, y me pareció un sueño pillar en ámbar los semáforos entre Santa Fe y Atlantic City. Mi coche plagiaba mujeres al tomar las curvas y en los casinos las ingles de las fulanas guiñaban mi nombre al andar. Mis labios eran caza mayor y con mi sudor limpiaban la plata las señoras. Estaba en racha. Mi cuerpo era un puñado de vocales. Me dormía en una ciudad y despertaba en otra. En la matrícula de mi coche tocó cuatro veces la lotería. De madrugada en el 'Savoy' a las coristas les ovulaba en silencio una hidra de cristal de Murano. En los mejores hoteles de la ciudad mis ojos convertían en vajilla las bragas de las mujeres. Sonaban en la calle como persianas los disparos. Mis zapatos era faldas y el motor de mi coche podría haber sido solista en el Carnegie. Ahora es diciembre en mi vida, amigo, y siento cómo tira en mi rostro el mortero de la muerte. Y sé que en el Madison nunca salió Dios de telonero. Mi corazón son cuatro coces de tocino. Y me encuentro tan sólo que incluso mi llanto parece gente.

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